Floyd y Pflanz hacen una división entre valoración y evaluación donde plantean que la primera es el proceso sistemático de reunir información sobre el conocimiento del estudiante, lo que saben, lo que son capaces de hacer y lo que intentan hacer. Definen la evaluación como el proceso de hacer consideraciones y tomar decisiones basadas en la interpretación de la evidencia del conocimiento del estudiante reunido a través de la valoración. Además plantean que la evaluación se pudiera hacer por el profesor o por el estudiante de forma independiente o en colaboración. De esta forma el estudiante tiene un sentido real de propiedad de su conocimiento, saben lo que se espera. No hay necesidad de adivinar lo que está en la cabeza del profesor. La valoración debe ser una brújula para los estudiantes medir sus éxitos. Los estudiantes primeramente deben ser capaces de identificar a dónde necesitan ir y cómo llegar ahí. El profesor es simplemente un guía, el estudiante un viajero, que disfruta ambos, el viaje y el destino (Floyd y Pflanz,2004).
Ahora bien, si tomamos en cuenta lo anterior, entonces la evaluación en un curso interactivo a distancia debe ser precisamente una brújula en manos de los estudiantes, ya que ellos pueden decidir hacia dónde desean ir, pero además es un termómetro para medir no sólo éxitos sino también deficiencias; y para poder disfrutar de ese viaje la evaluación debe ser placentera no un instrumento de coacción.
Como es sabido, cualquier propuesta educativa se caracteriza por contar con un sujeto de aprendizaje y un sujeto de enseñanza con la finalidad de construir conocimiento, este último que es el sujeto de enseñanza(tutor) es quien efectúa la evaluación del aprendizaje del sujeto de aprendizaje(estudiante). En la educación a distancia, la forma que asume el sujeto de enseñanza es diferente en tanto que, además de poseer el conocimiento propio de la materia que imparte, debe poseer conocimientos relacionados con los medios que va a emplear para transmitir dicho conocimiento, lo que le permite convertirse en un mediador entre el conocimiento y el usuario (sujeto de aprendizaje) a partir del empleo de una plataforma tecnológica.
El tutor ocupa un papel privilegiado en los procesos de mediación del conocimiento por acompañar, orientar y animar el proceso de aprendizaje de modo grupal e individual. Por ello, el rol del tutor se centra en provocar situaciones de aprendizaje induciendo, apoyando, recreando y monitoreando el proceso que realiza cada destinatario con la finalidad de llegar a la reflexión como núcleo de toda acción transformadora. Además de ser el experto en los contenidos de aprendizaje. Así tenemos que el tutor tiene varios roles:
-tutor como asesor.
-tutor como motivador.
-tutor como instructor.
-tutor como comunicador.
Por lo tanto, el tutor tiene que integrar todos estos roles en su función y a la vez cumplir con su meta, que es el cumplir con los objetivos de aprendizaje del curso y que el alumno se sienta satisfecho con éste y con la calidad y calidez en el seguimiento y retroalimentación brindada a lo largo de la asignatura o curso en cuestión(Lozano y Burgos, 2007).
Referencias:
-Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, V. (2007) (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa
-Floyd, K. and Pflanz, M. (2004). Communicative Approaches to Evaluation in Foreign Language. 2004